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Nacional B Santiago del Estero Tucuman Central Córdoba (SdE) Atlético Tucumán

Central Córdoba (SdE) 3 - 2 Atlético Tucumán

A puro corazón!

Central Córdoba dio vuelta un 2-0 adverso y le ganó a Atlético Tucumán por 3 a 2, con mucha actitud. Trunfazo de la galera.

Del odio al amor, del día a la noche hay un solo paso, el fútbol tiene sus facetas dentro de los 90 minutos de juego. Hoy a la noche, el Estadio Alfredo Terrera vivió su propia fiesta con un triunfazo de Central Córdoba que podría tener muchas dudas, muchas improlijidades, de todo un poco, y también se podría hablar hasta de injusticia.

Es que el fútbol es tan imprevisible, y cuando Central Córdoba estaba para el “cachetazo” y el Barrio Oeste era una caldera, apareció el equipo, y en siete minutos (del 31 al 38 del segundo tiempo), el equipo de Luis Medero hizo el milagro, porque su propio rival se lo permitió.

EL PARTIDO

Un primer tiempo para el olvido, salvo para el manejo prolijo por momentos de Atlético Tucumán ante un Central Córdoba totalmente desdibujado, falto de ideas, falto de jerarquía para jugar un clásico televisado a todo el país.

No apareció Carabajal, ni Vega en el doble cinco en la zona volantes, y por derecha, Sequeira jugó el peor partido después de mucho tiempo, y Sergio Salto fue una “sombra”, y para el colmo, los laterales defensivos como Diarte y Lazo, nunca pudieron superar la zona media, y arriba estuvieron todos “desconectado”, ni hablar de Silva, ni mucho menos de Prieto.

Atrás fue lo mejor de Central por lejos, donde fue la zona más fuerte, con Desvaux ganando el anticipo, bien complementado por el “pibe” Fernández, y el golero Carlos Franco tuvo algunas dudas, pero nada pudo hacer en los goles.

Atlético fue un claro denominador, pero sin ideas donde se definen los partido, y eso, es castigo a largo plazo, que recién pudo desequilibrar en el segundo tiempo.

Pero Central Córdoba volvió a regalar media hora de juego en el segundo tiempo. Nuevamente improlijo y con muchas fallas, y el “Decano” golpeó dos veces. La primera a los 15 minutos con un tremendo error defensivo, y la pelota le quedo servida para Leandro Díaz para sellar el primer tanto.

Todo era desazón y el murmullo y la impaciencia se instaló por completo en el Oeste. Para el colmo, dos minutos más tarde (17´), apareció Leandro González para ganarles a todos, y definir a un costado de Franco. Era el 2-0, y se venía la goleada.

Atlético lo volvió a tener, estaba más cerca del tercero que el descuento del “Ferroviario”, y cuando uno no sabe rematar el partido, las consecuencias pueden ser fatales.

Entró Matías Pato y cambió mucho Central. La defensa visitante ya no jugaba tranquilamente, mientras que Cristian Luchetti mostraba el camino y la seguridad de su equipo. También entró el otro paraguayo Javier Ferreyra, y todo volvió a la normalidad en Central, no había dos pases a la vez, todo estaba perdido en el medio campo, y se esperaba de que la goleada sea menos decorosa para todo el país.

Atlético no aceleró, jugó con la necesidad y la presión del rival, y dejó pasar los minutos. Había hinchas que ya se iban del estadio, en clara muestra de un disconformismo en el equipo de “Gardelito” Medero.

Pero el fútbol es el fútbol. Central se caía a pedazos, y a los 31 minutos, apareció el “Pipa” Pato, hizo una jugada con su sello, habilitó a la derecha, centro medido, y Javier Ferreyra se anticipó a la defensa y Luchetti para clavar el primero.

Los hinchas se comenzaron a “pellizcarse”, porque empezaba otro partido. Cuatro minutos más tarde (35´), en una pelota parada, rebote y la aparición de Matías Pato para cambiarle el palo al golero visitante y desatar la locura en el Oeste. De la nada, se armaba la tormenta.

Atlético Tucumán se fue a buscar el partido y los tres puntos, intento recuperarse, pero le dieron espacio a Matías Pato, que ingresó al área con pelota dominada, y lo trabaron para cometerle una torpe penal, que Javier Ferreyra desde los 12 pasos, lo cambió por gol, para decretar el milagro.

Nadie entendía nada. Había que sufrir mucho para festejar y gozar. El juez Ramiro López adicionó 4 minutos más después de los 45´, y todo fue de Atlético Tucumán que se fue adelante con Luchetti incluido, y Central supo defenderse, y Carlos Franco apareció con algunas atajadas riesgosas, pero el milagro ya se había consumido.

Central Córdoba terminó festejando con su pueblo un partido imposible, mientras que Atlético Tucumán se fue “enfurecido”, molesto y masticando mucha bronca, porque nunca lo pudo resolver, y cuando se dio, el débil, el equipo con 20 puntos menos, le mostró sus falencias y sus debilidades. Aunque parezca un sueño, la historia ya estaba consumida.

FUENTE: ABC- FOTO: LA GACETA

Atlético mostró cómo se regala un triunfo
 

MARCÓ, PERO... Díaz, autor del 1-0 contra Central Córdoba, contó con varias chances de gol que no puedo capitalizar. Igualmente, el punta viene dulce en el torneo. La Gaceta / Foto de Antonio Ferroni (enviado especial) 


Nicolás Iriarte / niriarte@lagaceta.com.ar Dominando a voluntad a un ya derrotado “CC”, Atlético dejó escapar un 2-0 favorable hasta los 75’ y cayó 3-2. Está claro que a los partidos de fútbol los ganan, empatan y pierden los jugadores. Y anoche, por más de que se hable del penal cobrado por Ramiro López, ante una mano casual de Franco Sbuttoni desde el piso, Atlético le entregó el triunfo a Central Córdoba.

Se lo regaló porque le concedió al que era último de la tabla la posibilidad de sacar la nariz del lodo cuando debió hacer lo contrario. Atlético debió acribillar con goles a “CC” pero cuando logró sacar la ventaja, un sabroso 2-0 con casi 20 minutos del complemento cepillados, se entregó la desgracia.

En una cancha donde la pelota parecía tener vida propia, y pasado un primer tiempo en el que el “decano” tuvo las situaciones más claras, entró en conocimiento de que en ese campo minado todavía podía haber vida con el balón al ras del piso. Y así fue como empezó a acorralar al dueño de casa.

Con dos toques, tres a lo sumo, y luego descargar rápido para el toque sorpresa. De un lujo llegó el 1-0. Hubo un taco de Guillermo Acosta a Emanuel Molina, pero el balón siguió a Leandro Díaz, que no falló. Gol. Y casi sin darle respiro al dueño de casa, una ONG sin fines de lucro en defensa por las licencias que concedía, Leandro González, después de un gran cambio de frente de Juan Martín Imbert, ponía el 2-0 con un toque cruzado.

Era el partido que Atlético buscaba. Ese Atlético ganador que alcanzaba a Santamarina en la tabla (juega hoy). Ese Atlético preciso quedaba a dos puntos del derrotado Patronato. Era la noche perfecta, hasta que algo pasó.

Miguel Julio se fue (golpeado), entró Rodrigo Mieres y el “decano” regaló el medio. Reforzó la pared central, sí, pero al liberar la aduana Central Córdoba lo bombardeó. Y para colmo de males, Matías Pato Ríos entró iluminadísimo. Centro de derecha izquierda y gol de Javier Ferreyra. Tiro libre recto, cabezazo y remate al voleo cruzado de Pato Ríos. Y por último, pase largo y zambullida de Sbuttoni que toca el balón. López entendió que no era casual y Ferreyra mató a Atlético cuando debió ser al revés.

Jueves 09 de julio de 2015, 10:19

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