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Gimnasia y Esgrima (Jujuy) 2 - 1 Ind.Rivadavia (Mdza.)

Gimnasia continúa alimentado su mito en Jujuy
 

El equipo de Mario Gómez ganó en su estadio y volvió a ratificar que no es casualidad su gran momento como local. Fue dos a uno sobre la “lepra”.

Diario El Tribuno de Jujuy
 

Ganar en casa pasó a ser una sana costumbre de Gimnasia. No lo pudo hacer hace 15 días en el “clásico” ante Atlético Tucumán, más allá de merecer los tres puntos, pero ayer volvió a alimentar el mito que en el estadio “23 de Agosto” mete miedo.

En la oportunidad, la “víctima” de turno fue Independiente Rivadavia de Mendoza. Fue un sufrido y ajustado 2 a 1, pero poco le importó a los hinchas que recibieron con los brazos abiertos el regalo anticipado de cumpleaños. Es que hoy el club festeja sus 82 años de vida.


Con estas tres unidades de oro, el equipo de Mario Gómez acumuló 39, de los cuales 32 se cosecharon aquí. Mejor, imposible.


En el arranque del partido, el local se insinuaba más incisivo. Con Sergio Vittor transformándose en el patrón del mediocampo, bien secundado por Gabriel Solís, comenzó a mandar en el trámite.

Por eso no sorprendió cuando Pier Barrios llegó hasta el fondo, envió un centro pasado y como venía Claudio Fileppi impactó el balón para enviarlo al fondo de las mallas. Golazo.


Pero la apertura del marcador se disfrutó poco y nada, ya que Ignacio Sanabria tocó la pelota con las manos tras un tiro de Aveska. Penal, que el “Ogro” Fabbiani se encargó de cambiarlo por grito.

Precisamente Fileppi fue amonestado por protestar, o gesticular en realidad, al considerar erróneo el fallo, pero esa tarjeta amarilla se transformó en roja cuando el árbitro Ariel Suárez se equivocó al castigarlo porque cayó en el área rival.

El referí evaluó que simuló y lo mandó a las duchas. No fue penal, pero sí hubo un contacto físico con el central, algo que llevó a que el volante misionero cayera.

Se había complicado la historia. Sin embargo, Leonardo Ferreyra desniveló por derecha y esta vez su centro fue cabeceado a la perfección por Miguel Fernández, quien reaperecía tras dejar atrás un desgarro. El tanto fue un desahogo al por mayor, dentro del campo y fuera también.


En el segundo tiempo, con un hombre menos, Gimnasia se metió muy atrás. El tema fue que la “lepra” no tuvo ideas para llevar peligro. Si bien su entrenador Fernando Gamboa puso cuatro delanteros netos, faltó alguien que pudiera organizar los avances.


Eso sí, cada centro fue un sufrimiento porque la defensa “albiceleste” fue superada por arriba y la chance más clara fue cuando Quiroga asistió al ingresado Piriz Alvez, quien sin marcas reventó el travesaño con un frentazo.


También el “lobo” pudo aumentar, pero la fortuna le dijo que a Rivero Bueno cuando cabeceó al parante luego de un rápido contragolpe encabezado por Ferreyra.

En el cierre llegó la jugada más polémica de la lluviosa tarde. Lorenzo tiró un centro pasado y no se sabe el por qué Sanabria extendió su brazo. ¿Penal?. No, penalazo. Suárez no lo vio, pero el asistente Ariel Correa, que estaba a pocos metros de la jugada, tampoco. Increíble.


La lógica calentura de los muchachos de Independiente Rivadavia se hizo sentir cuando sonó el pitazo. La otra cara de mano fueron los locales, que se abrazaron y festejaron con los hinchas, sabiendo que en casa hacen bien los deberes, más allá de los imponderables que surjan en el camino.

 

Lunes 18 de marzo de 2013, 08:48

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