LA RED PAMPEANA

por lo tanto lo mas inteligente –a mi modesto entender- es no volver a cometer los errores que nos llevaron a semejante desaguisado, algo que por ahora a nadie parece importarle. 

Considero que debe ser menester sancionar con todo el peso de la ley, la deportiva y la penal a quienes protagonizaron los incidentes, a quienes los produjeron, a quienes los incitaron, a quienes no hicieron nada por evitarlos, A TODOS, pero quien esto escribe, con la autoridad que otorga la trayectoria periodística, sin pelos en la lengua o la experiencia de haber estado desde hace mas de 45 años en una cancha de fútbol, de un lado y del otro del alambrado, venía anticipando que en cualquier momento podía pasar algo así, o peor aún, terminar en tragedia, que ayer no se dio porque creo que FRANCISCO QUE ES FUTBOLERO LO TIENE APALABRADO A DIOS. Desde hace mas de un lustro, a través los micrófonos que enfrento o ante cuanto dirigente se me ha cruzado, he sostenido que el torneo Provincial no se podía seguir jugando de la misma manera, con dirigentes imponiendo la mayoría en el Ente para avalar cualquier cosa, utilizando árbitros influenciables para beneficiar a los equipos de su simpatía, en algún caso hasta con el Tribunal de Penas que sancionaba a los jugadores de acuerdo a la camiseta que tuviera o peor aún no los sancionaba luego de haber sido expulsados. 

Ahora bien, nadie se pregunta ¿Por qué sucedió lo que sucedió? ¿Nadie hace un ejercicio de memoria y escudriña en su mente que pasó antes? ¿Por qué los jugadores de Vértiz reaccionaron de una manera tan virulenta? Jugadores de una dilatada trayectoria y sin antecedentes de este tipo, porque perder han perdido en mas de una oportunidad, quedar eliminados han quedado mas de una vez y sin embargo nunca pasó nada igual, ni parecido siquiera. 

Algún dirigente hizo algo cuando a Recreativo Larroudé le “extirparon” la clasificación en el “Lido Malán” con la connivencia de un árbitro que había dirigido todos los partidos que Independiente jugó como local, ¿tomaron alguna medida cuando otro árbitro llegado de Bahía Blanca les dijo en Darregueira a los jugadores de Vértiz que dejaría que les peguen hasta quebrarlos?, o cuando años atrás otro árbitro bahiense en Bernasconi dejó que agredieran delante de sus narices a los jugadores de Pico Fútbol, ¿qué medida tomaron cuando ante la imparcialidad de un buen árbitro como Alejandro Juan en cancha de Sportivo y Cultural, en General San Martín, le arrojaron agua hirviendo cuando se retiraba hacia los vestuarios en el entretiempo?... y puedo seguir, porque también fui testigo el día que en Macachín organizaron todo, con complicidad de dirigentes -de ambas ligas- y la falta de autoridad del árbitro trenquelauquense Alejandro Martínez, quien se retiró del campo de juego ante la caída de un carretel de serpentina desde la tribuna visitante, pero no juzgó con la misma vara la caída de piedras y hasta un medio ladrillo desde la tribuna local, hecho que nos obliga a pensar que todo estuvo orquestado para favorecer a Atlético Macachín y que cobrara el premio económico para sanear su quebrada economía. Ese día el jefe del operativo policial no dejó ingresar al campo de juego a los periodistas piquenses debidamente acreditados y en cambio permitió el ingreso de simpatizantes locales. Y puedo seguir, porque vi con asombro como el árbitro bahiense Alejandro Pérez, al llegar al estadio Lido Malán, antes de ingresar a su vestuario, lo hizo en el vestuario de Independiente saludando de manera efusiva a jugadores, cuerpo técnico y dirigentes del equipo local. 

¡Cuidado! Lo mismo ha pasado en canchas de la Liga Pampeana y tampoco nadie se preocupó, los dirigentes liguistas siempre estuvieron mas preocupados por recibir los dineros estatales que por hacer un campeonato serio, con espíritu deportivo, apuntando al crecimiento, poniendo de manifiesto su mediocridad, un campeonato que desde el mismo estado -salvo en la gestión de Bertón como Director de Deportes- fue pensado desde un punto de vista demagógico, mas que deportivo. Solo espero y deseo que lo ocurrido sirva para reflexionar, para hacer borrón y cuenta nueva, pero fundamentalmente "para que nadie se crea con derecho ha correr la línea a vulnerar un poco mas allá, total hasta acá ya llegamos".